LA GATA

Había amanecido y Laly veía reflejado el espléndido sol en su ventana. Un maravilloso día le esperaba allí fuera, los gritos de su madre la apartaron de su sueño y recogiendo hacia arriba sus faldas, bajaba los peldaños de la escalera de dos en dos.

Vivía muy feliz con sus padres, pero su ilusión era volar libre, quería partir, ser independiente fuera del dominio de ellos, pero para eso hay que saber y ella no sabía, era lo que siempre le decía su madre.
Era hermosa, todos, podía decir ella que así la veian.
Joven, buena figura y un conocimiento extraordinario para aprender.
Aunque en el pueblo antes que estudiosa veían mejor que una muchacha se uniese en matrimonio y formase una gran familia, haciendo feliz así a su marido.
Eso fue lo que su madre quería comunicarle aquella mañana cuando, le decía que ojalá fuese con aquella cita que le había preparado, cuándo se comprometiese de una vez por todas.
Ella se negaba, Laly no quería ser una ama de casa, ni una mujer sumisa, así que después de una discusión con su madre subió de nuevo a la habitación y espero a que oscureciese para escaparse.

Sin ofició ni beneficio se embarcó en una aventura difícil de superar sin ayuda, pero su ambición iba a más, llegando a una ciudad que la aceptó sin preguntas.
Cambió de aspecto, cortó su larga melena, sus vestidos no eran largos y anchos como los que llevaba en el pueblo, éstos se ceñian a su cuerpo, dejándo ver esa expectacular forma de sus curvas que exhibía sin pudor en aquel antro que le daba una habitación para descansar, después de que allí mismo  realizara su trabajo. Lo que no cambió Laly  fue su nombre, bueno sí, todos la llamaban la gata.
Aquel calificativo no fue tomado a la ligera por sus amistades, sobre todo por los hombres, que comentaban entre ellos sus juegos felinos. Para las mujeres del barrio el apodo se lo llevaba despectivamente y con la mayor crueldad con la que una mujer puede llamar a otra, gata.
La vida que llevaba Laly, no estaba siendo fácil, pero después de no hacer caso de las advertencias, era la que ella se había buscado. Una noche en un descanso de su trabajo en el que era muy demandada, la gata salió a tomar el aire, aprovechando el momento comió un poco y se fumó un cigarrillo.
Mientras con la punta del pie lo apagaba, con mucho glamur, dos gatitos se le acercaron para comerse sus migajas.
Aquella fue la primera noche que de verdad Laly se sintió acompañada, muchas de aquellas en las que había actuado igual, lo único que recibía por parte de algún desalmado era una pedrada de lejos o el robo de las pocas monedas que su labor le dejaba.

Los años fueron pasando para Laly, que vio como sucedió su declive fisico, su pelo crecía pero ya no era tan negro, sus curvas aumentaban de volúmen y en su hermosa cara se iban apreciando las inminentes secuelas del tiempo.
Cada vez eran menos las veces que en la noche descansaba, pues su trabajo era menos requerido, al contrario que pasaba con sus amigos los felinos, que durante tanto tiempo se habían convertido en una pequeña manada.

Esa tarde le dio por pensar, Laly se preguntaba que sería de su vida si aquel día hubiese aceptado la cita que su madre le había preparado.
Si no hubiese huido de aquel modo, ahora sería tal vez la viuda de algún acaudalado del pueblo.
Cuando de pronto alguien la despertó de aquel soñador pensar cuando escuchó decir su nombre…
¡Mira abuelo cuantos gatitos!
¡Quiero uno abuelo!
No cariño esos animalitos pertenecen a la gata, son su única compañía.
Le decía el abuelo a su nieta, mientras señalaba a la anciana que se encontraba sentada en el banco, echándole unas migajas de pan a los  únicos amigos que ahora tenía.

©Adelina GN

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LA FUERZA DE LA ILUSIÓN

-Está bien, lo haré lo mejor que pueda, le decía a sus jefes.
Su trabajo era arriesgado pero no más que los que ya en aquel lugar excavaban. Aquel hombre llegaba con la intención de orar por el ser sin culpa que la tierra gestaba ya por varios días.
Al llegar todo era seriedad y mucha incertidumbre alrededor del lugar por donde lo sacarían. Después de unas horas la felicidad era plena.
Se acercó y escuchó hablar a aquellos verdaderos héroes…
-Todo salió bien
-Se encontraba en posición fetal
Los servicios médicos lo atendían allí mismo, diciendo todos a una que aquello había sido un milagro.
Un hecho del que Ángel no dudaba que así había sido.
Al final su trabajo había salido bien, el de él en la distancia y el de todas aquellas personas que arriesgaron su vida para salvarlo.
La tierra lo engulló y los hombres la ayudaron a que lo pariera de nuevo.

Adelina GN. Vector sketch of angel wings

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NÍTIDA LUZ

La noche se convertía en día, un blanco añil la cubría iluminando la oscuridad de mi camino.

Como la primera actriz en un escenario la luz se posaba en mí, dándome un manto de energía.
Mi luna, nuestra luna, la luna de mi paraíso, blanca inmaculada alumbraba mis pasos. Poder quiero cual bruja buena, conjurar por los míos, unidad y confianza, luz y horizonte.
Que nadie se pierda, que todos se encuentren, que la magia sea la destrucción de un pasado. Que la luna crezca para bien, que magnético su baño de luz nos de amor para compartir. Porque mágica es la noche en que está llena, y mágica será siempre menguante o creciente.

©Adelina GN

JUEGO DE MESA

Revisando las fotografías que con el móvil hicieron esa Nochevieja, ella y su amiga reían.

El alcohol que habían ingerido hizo a las mujeres olvidar sus penas. Viendo como a su vez sus parejas consumían.
Todo fue bien hasta que se quedaron solos.
Entonces cuando aquel marido al que tenía que obedecer le pidió jugar en la mesa, ella aceptó, regresando con la caja de los «Juegos Reunidos»
Jamás creyó que aquella broma le costaría otra gran paliza.

Pero esta vez había ganado ella, con aquella botella que encontró a mano en una de las caídas, le hizo jaque mate.

Adelina GN

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Mahama Gandhi

«Cuando Mahama Gandhi estudiaba Derecho en Londres, un profesor de apellido Peters le tenía mala voluntad….pero, el alumno Gandhi nunca le bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros:

Un día Peters estaba almorzando en el comedor de la Universidad y el venia con su bandeja y se sentó a su lado…El profesor muy altanero, le dice: «Estudiante Gandhi, Ud. no entiende!!!!!! Un puerco y un pájaro, no se sientan a comer juntos»…. Y Gandhi le contesta : Esté Ud. tranquilo profesor, yo me voy volando» y, se cambió de mesa…

El profesor Peters verde de rabia, porque entendió q el estudiante le había llamado Puerco, decidió vengarse con el próximo examen…
Pero el alumno respondió con brillantez a todas las preguntas del examen …Entonces el profesor le hace la siguiente interpelación:

«Gandhi, si Ud. va caminando por la calle y se encuentra con una bolsa y dentro de ella está la sabiduría y mucho dinero, ¿cuál de los dos se lleva? «…
Gandhi responde sin titubear: «¡Claro que el dinero, profesor!» El profesor sonriendo le dice » Yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?»…

Gandhi responde: » Cada uno toma lo que no tiene profesor»…

El profesor Peters, histérico ya, escribe en la hoja del examen: «IDIOTA» y se la devuelve al joven Gandhi… Gandhi toma la hoja y se sienta… Al cabo de unos minutos se dirige al profesor y le dice: »
Profesor Peters, Ud. me ha firmado la hoja, pero no me puso la nota……»

A veces la gente intenta dañarnos con ofensas un ni siquiera nos hemos ganado … Pero solo nos daña el que puede y no el que quiere..

Si permites que una ofensa te dañe… Te dañara … Pero si no lo permites , la ofensa volverá al lugar de donde salió… Seamos fuertes y astutos.

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Desde un tintero llamado corazón

Hoy he amanecido alegre, dando gracias a la vida por todo lo que tengo, que es mucho.

Y después de vivir dos horas de este domingo, le pido no envejecer olvidando, que mi crecimiento mental se desborde aunque las arrugas de mi piel no quepan en mi cuerpo.

Adelina 13-01-19

QUIERO PEDIRTE PERDÓN

Quiero pedirte perdón

Cómo quieres que lo haga, solo de un modo sé. Mis letras hacen reverencia ante ti Literatura. La humildad frente a la soberanía. La lealtad de los sentimientos convertidos en palabras honradas que los califican.
Quiero pedirte perdón, aprenderé al máximo para no amancillar esas páginas que deben de leerse, ritual del más erudito lector. Merecedor de la brillantez de letras perfectamente argumentadas y convertidas en una bella y emotiva historia.
Lo haré con un conjunto de ellas, las mismas que a mi corazón conmueven.

©Adelina GN