Se estremecía, aquella rugosidad de sus páginas y su tacto le hacía erizar la piel. Podía sentir de aquel modo, las letras eran su pasión y los libros su amor. Sin duda lo quería, pagaría aquello que le pidiesen, lo compraría, lo leería ¿Me lo envuelve por favor? Sus manos tantean, deposita con cariño el libro en el mostrador y repite… ¿Me lo envuelve por favor? Porque no me lo llevaré sin vestir, si quieren sentir su tacto, braille tendrán que aprender.
Adelina GN